Porque?

Soy fanática de la cocina, sobre todo de la natural ya que no consumo carne animal desde chica. Me gusta aprender recetas nuevas, y sobre todo esas que son buenas y ricas. Me puse a hacer quesos de kefir hace poco y me di cuenta que era más fácil de lo que creía y empecé a publicar las fotos en los grupos de Facebook de fermentistas y me di cuenta que no a todos les parece tan simple buscar varias recetas y hacerlas lo más simple posible.
Mis abuelas cocinaban, una bien de campo, hacia tortas y guisos, panes y dulces, hasta nos sentamos bajo la higuera a rallar el pan duro y con los restos de jabón en una lata de dulce de batata sobre un calentador derretiamos y hacíamos más jabón.
La otra era algo más simple, mucho fruto, sus fritas de masa de pizza rellenas con queso mar del plata eran mis preferidas pero el pescado frito o la to los buñuelos de acelga no me gustaban nada. Así y todo ambas cocinas eran lugares que aún recuerdo. Mi tía abuela paterna también era una super cocinera, hacia las tortas de cumples para todos y unas ensaladas de frutas increíbles, y cada festejo en invierno se comían guisos de riñón o porotos y mondongo. Lo mágico de las tres cocinas es que todas eran super pequeñas!
Mi papá me despertó toda mi adolescencia los domingos con el ruido de los motores de las carreras del TC y su exquisita salsa para las pastas. Hace unas comidas de restaurante, y se esfuerza por gustarle a todos, incluso a su hija y nietos vegetarianos y a mis dos sobrinos celíacos, a los carnívoros y a los ñañosos que nada les gusta también.
Esos esfuerzos, esos momentos donde la comida se comparte entre la familia, esos espacios pequeños donde se daban vuelta los ravioles para que se sequen, el olor al queso recién rallado, el aroma del frito o las risas por los alfajores de Maicena que eran duros comos piedra, los churros de mi abuela y los higos en almíbar, los tostados de queso sobre el calentador  y tantas otras delicias más son de los recuerdos más vividos y potentes que tengo. Quizá porque amo la cocina, quizá porque la comida nos une y nos hace sentarnos a todos juntos frente a un plato y poder charlar y generar recuerdos, no lo sé, pero hace tiempo si sé que tengo ganas de dejar a mis hijos mis aromas y mis recetas, empecé de pequeña con cuadernos que aún conservo y uso con recortes de recetas de Blanca Cotta y Chichita dos cocineras que amo, y mezcle recetas a puño y letra de mi madre y mi abuela materna y fui sumando las mías y sus variantes año tras año. Ahora lo empiezo por acá solo con el afán de guardarlas, historias y recetas y si alguien mas las puede disfrutar que así sea
Bienvenido a mi cocina y a la de mis tias, abuelos y mi padre que me han enseñado y regalado sus aromas y sabores y aún siguen haciendo riquísimos platos junto a los que nos reunimos para crear historias compartidas
La vida es un gran misterio para mí, pero en mi cocina todo es fácil, simple y es un lugar donde me siento segura.
Allá vamos
 

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